ÁBACO
Si las tardes son huéspedes
que custodian detalles
en un calendario de dudas.
Si en un reino de espejos
la mirada corta distancias
con el cristal de los quebrantos.
Si lo bello no crea
una figura de seis vértices
donde superponer lo auténtico.
Entonces hace falta
el ábaco de los requiebros
para contar las horas.
Un manual de gratitud
para sobrevivir al miedo.
(De Frágil, 2012)