MORFINA
A mi padre
… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Sábana herida de luz usada
que gotea invisible y salina
y empuja hacia el aquí más próximo
Aroma a sangre sin ventana
que se pliega hacia atrás con suavidad
felina El tiempo prisionero del reloj
no es espiral continua
El tiempo no conoce junturas
viaja hacia afuera es ola de mar
Tiempo liminar cuando la morfina
es mañana Tiempo que abre las puertas
de par en par risueño e indiviso
instante de estrella sin amenaza
El tiempo es llegar otra vez
cuando la claridad se asoma al alfeizar
con los párpados cerrados sin avisar
serenos de atardecer Somnolencia del día
que comienza a navegar
Es litoral en los ojos que se nublan
por el resplandor del aire
que estalla tranquilo bajo la piel
Arena de otra aguja que testifica las quejas
no habitadas Playa que respira
del otro lado que no es Aquí y solo aquí
sin más infinito en el abrazo de las horas
de morfina Así tan de menos
La morfina es un tigre que sueña
con sábanas de cristal y labios
de madrugada El tiempo agazapado
no es tiempo que existe no es transcurso
vegetal ni rasante de ave migratoria
más allá del mar… Morfina
abrigo abrazo beso caricia
sin hospital de un mediodía solar
Oleaje sin final