HACE UN MUNDO QUE TE ESCRIBO
Hace un mundo que te escribo,
porque reapareces cada vez que me haces falta.
Emerges, al deshacerse el hielo del último
gin-tonic de la noche,
en la honda copa de cristal destemplado.
Juego con tu recuerdo.
Lo remuevo, hasta formar un torbellino
al que me lanzo cual suicida, de cabeza.
Limón de sol, amarga quinina, alcohol que purifica.
Perfecta combinación, te bebo.