SIN PAZ
Hay niños que no conocen
más que el juego que practican,
el fusil forma parte de su brazo,
les da el poder de quien quita la vida.
Saben que el trigo huele a sangre.
Acostumbrados a la muerte,
ignoran que existen criaturas
que sólo matan el tiempo en un MacDonald,
pero son niños, unos y otros
con una infancia hecha de lluvia,
unos huesos que olvidan su destino,
un hambre que deja cicatrices
hasta que el llanto
deja de ser una costumbre.