Translated and read by Parvati Nair (Queen Mary University of London)
I return to a foreign city,
That was always mine
How grey is the light at this hour,
How murky the memory of the little that is left
And how ungenerous is the imminent forgetting!
Maria Mercedes Carranza
Between the light and its shadow,
Falls the parallel of your watch
come undone in the coordinates of a wind
from the North that whips your coasts,
in the eye of the hurricane that burns the
foam that the oar maker churns
to make oars that trigger
the conquest of a bare shoreline.
And, thus, we came to populate again,
Putting new life into the future with the cutting edge
Of gold that is tinsel that turns to glitter
The true muddy future
That stains the stamen of the Gulmohar
And dullens the passion of its colour.
The hollow between your voice and my voice
Is filled with the power of nothingness
Where flags after flags are raised,
Flags raised to the call of duty.
We always return run-down
To the vile silence of a quarter of a century,
Half a century, centuries of silence.
Fearless we endure sentence.
The gold can no longer fill age
With shine, convinced of its copper,
The dream that faded at twenty-one,
Hope lived day after day
In an exile imbibed sip
By sip, with adulthood,
To live it in the cold transparency
Of a time of other spoils.
Your footprints have been cracked in the frost
Of a country shocked by the insult
That it is to live scorched by the light
That lives on only in my memory.
REGRESO A UNA CIUDAD EXTRAÑA, QUE SIEMPRE FUE MÍA
¡Qué sucia es la luz de esta hora,
Qué turbia la memoria de lo poco que queda
Y qué mezquino el inminente olvido!
María Mercedes Carranza.
Se interpuso entre la luz y su sombra
el paralelo de tu vigilancia
deshecha en las coordenadas de un viento
que tus costas azota desde el Norte,
en el ojo del huracán que quema
la espuma a la que el remolar se atiene
para fabricar los remos que impulsen
a conquistar un litoral vacío.
Así llegamos a poblar de nuevo,
remostando el futuro con aristas
de un oro que es oropel que deslumbra
el verdadero porvenir de barro
que mancha los estambres del malinche
y opaca la pasión de su color.
La oquedad entre tu voz y mi voz
se llena con el poder de la nada
donde se alzan banderas y banderas,
banderas izadas al son de turno.
Regresamos siempre destartalados
al vil silencio de un cuarto de siglo,
de medio siglo, siglos de silencio.
Impávidos acatamos sentencia.
Ya el oro no puede llenar de brillo
la vejez, en su cobre convencida,
la ilusión marchita a los veintiún años,
la esperanza vivida día a día
en un destierro que se bebe sorbo
a sorbo, con mayoría de edad
para hacerlo en la fría transparencia
de un tiempo que conoce otros despojos.
Tus huellas quedan rotas en la escarcha
de un país sobresaltado en la injuria
que es vivir calcinados por la luz
que vive solamente en mi memoria.
De Fronteras: ¿el azar infinito? [Borders: An Infinite Game of Dice?] (Leiden: Bokeh, octubre 2018)