EL INFIEL
Imagina que ahora sí
puedes sacarle la vuelta
a la vida
comenzando un romance
con el que habita
en tu interior.
Imagina que ahora sí
puedes sacarle la vuelta
a la vida
comenzando un romance
con el que habita
en tu interior.
Hay guerras en el mundo,
y yo te amo.
Hay alguien que se divierte con
la muerte,
alguien sin metafísica,
y yo te amo.
Hay nubes negras en el cielo,
hay niñas que gritan en los lavabos,
hay borrachos que cantan,
y yo te amo.
Hay pueblos perdidos entre montañas,
hay bombas bajo el suelo,
hay hombres que mueren bajo el sol,
hay cementerios blancos,
y yo te amo.
Rompimos esa línea indefinible
que marca la prudencia.
Desde entonces, lamento
esa elegancia tuya al ignorarme,
la helada cortesía de un saludo,
y el beso que te doy, y no te roza.
En el oleaje de tus caderas navega el origen de todos los océanos. El aullido efímero de un loco, que transcribe en cada metáfora la simbología de la piedra y la luna solidificada en cada respiración.
Solicito audiencia ante el deseo, recurro a la transición del gas que emanan las chimeneas encendidas, hebra de luz desprendiendo sus pretensiones en cada blanco pétalo, para hacerse más cómplice, más nuestro.
La estaca ya ha sido afilada. El ave fénix redimido, la flor desmembrada por el húmedo invierno que se acicala para evaporar la lluvia.
Ya no te pido amor, esa, es ahora mi verdad. A cada segundo esa verdad se convierte en media verdad, y luego degenera y yace en el asilo de la mentira, regida por el absoluto.
En el amor las conclusiones son las que te enamoran, luego sus porqués. Mañana será otro día, de eso no cabe duda o sí.